La Grand Central estuvo a punto de ser demolida para que en su lugar se construyera un rascacielos

Es cierto que en la década de 1960 hubo planes para demoler Grand Central Terminal y reemplazarlo con un rascacielos. En esa época, la estación enfrentaba problemas financieros y de mantenimiento, y la compañía propietaria, Penn Central, consideraba que la demolición sería más rentable que la renovación. Sin embargo, esto generó una fuerte oposición pública liderada por defensores de la preservación histórica y la arquitectura.

La lucha por salvar Grand Central Terminal llegó hasta los tribunales, y en 1978 la Corte Suprema de los Estados Unidos dictaminó que la terminal debía ser preservada como parte del patrimonio histórico de la ciudad de Nueva York. Esta decisión fue un hito importante en la conservación histórica y sentó un precedente para la protección de otros edificios y lugares emblemáticos en todo el país.

Tras la victoria legal, se realizaron esfuerzos significativos para restaurar y renovar Grand Central Terminal, lo que la convirtió en el icónico hito que conocemos hoy en día. Actualmente, Grand Central Terminal sigue siendo una de las estaciones de tren más importantes de Nueva York y un lugar emblemático de la ciudad.